¿Y si el lenguaje fuera también lo que no se dice?
Lo que se mira de reojo, lo que se toca con miedo, lo que no entra en la escuela ni en las palabras ni en los diagnósticos.
¿Y si en vez de explicar la diferencia, la habitáramos? ¿Abrirnos a un ritmo distinto, un lenguaje que aún no sabemos escuchar?
¿Y si acompañar no fuera corregir y tratar de incluir a la fuerza, sino estar con el otro desde donde está, sin apurarlo, sin traducirlo, sin domesticarlo?
Este taller no es una formación tradicional. Es una travesía.
Un espacio para detenerse, escuchar, habitar el margen y convertirlo en brújula.
Un lugar donde el cuerpo, el juego, la poesía y el vínculo son lenguajes legítimos.
Donde el silencio también dice. Donde el ritmo no siempre es el mismo.
Donde alojar la neurodivergencia no es adaptarla, sino dejar que nos transforme.
Aquí no se estudia la neurodiversidad: se entra en ella.
Se entra como se entra al bosque: sin mapa, con respeto, con todos los sentidos abiertos.
Es una invitación a madres, padres, familias, docentes, terapeutas, acompañantes, comunidades. A quienes aman a personas autistas. A quienes lo son. A quienes buscan otras formas de ser, estar, sentir, narrar y cuidar.
No damos fórmulas. Tejemos juntxs preguntas.
No ofrecemos recetas. Compartimos gestos, relatos, estrategias sensibles.
No buscamos inclusión como meta. Buscamos comunidad e interdependencia como forma de vida.
¿Qué hace falta transformar en nosotrxs, en nuestras instituciones, en nuestras tramas comunitarias, para que alojar no sea adaptar, sino reinventar?
¿Qué hace falta transformar en nosotrxs, en nuestras instituciones, en nuestras tramas comunitarias, para que alojar no sea adaptar, sino reinventar?
¿Desde dónde acompañamos hoy? ¿Qué pedagogías habilitamos?
¿Qué vínculos cultivamos? ¿Qué lenguajes validamos?
¿Qué escuela construimos? ¿Qué mundo sostenemos?
He aquí una invitación a alojar la neurodiversidad no como un acto de inclusión, sino de transformación colectiva.
Nosotras, nosotres, los que entramos al bosque, sabemos que de ese lugar no se sale igual. Que cada quien encuentra su forma de andar, su modo de percibir, su manera de decir. Y que en ese encuentro con lo otro y con lo otro de uno mismo, se gesta lo verdaderamente humano.
Porque alojar no es traducir.
Porque el juego también es lenguaje.
Porque la palabra no siempre se pronuncia, pero siempre se siente.
Porque la diversidad no sólo se gestiona. Se celebra.
La propuesta metodológica parte de una pedagogía situada, afectiva y decolonial. Entendemos cada encuentro como un espacio para construir saberes con otrxs, habilitar la palabra propia, jugar con los modos de decir y de vincularnos, y habitar el acompañamiento desde la corresponsabilidad social, no como tarea exclusiva de la familia, sino como tejido que involucra a comunidades enteras.
Se inspira en la educación popular de Paulo Freire, la clínica del vínculo de Ulloa y Pichon-Rivière, la poética política del juego en Deleuze, y la idea de memoria encarnada en Rita Segato y Walter Benjamin. También se apoya en una dimensión artística, lúdica y narrativa que abre otras formas de alojar la experiencia autista desde el cuerpo, la metáfora, la escucha y la creación.
Sesión 1: Martes 10 de junio
Sesión 2: Martes 18 de junio
Sesión 3: Martes 24 de junio
Sesión 4: Martes 1 de junio
Sesión 5: Martes 8 de julio
Sesión 6: Martes 15 de julio
Sesión 7: Martes 22 de julio
Sesión 8: Martes 29 de julio
Gazel Zayad (Colombia) es narrador, artista, escritor, formador y padre. Cuerpo neurodivergente en escucha activa, su trayectoria articula el arte, la pedagogía crítica y la poética de la diferencia. Ha transitado estudios en Filosofía, Comunicación Social, Artes Audiovisuales y formación como Acompañante Terapéutico en el Centro Pichon-Rivière (Argentina). Ha participado en más de 30 festivales internacionales como narrador oral y coordinado espacios formativos en universidades, redes comunitarias y contextos de cuidado. Es creador del proyecto Narrando Infancias, donde el arte y la palabra se entretejen con el juego, la memoria y los derechos. Desde una mirada neuroafirmativa y no neurocéntrica, propone prácticas sensibles que alojan la diversidad sin patologizarla. Acompaña procesos de formación en torno a infancias, autismo y hospitalidad simbólica, desde una pedagogía del cuidado, la ternura y la resistencia.
Hay existencias